miércoles, 18 de febrero de 2009

NO LLORAR



Me dejo hacer,
Me regalo a los pasillos de silencios asustados.
Anulo voluntad.
No sé dónde me lleva este camino laberíntico
(y mareante)

Sé que al fondo alguien me espera.
Elevo ojos, pero no brazos.
Nadie me conoce.
Soy merengue, plastilina,
Solicito al horizonte un poco de espacio,
Regalo ofrecimiento y aparente calma,
Tierna como una niña,
Frágil como un pámpano menudo.
¡Qué remedio le queda a mi postura!
Ser pastilla de jabón,
Arcilla moldeable,
Pétalo que al punto se desprende del nido
Que le dio forma y perfume.
Qué remedio sino unirse al escozor,
Reconocer la mariposa acuchillada de sus ojos,
Abandonarse al cloroformo que vence y tienta,
Sin dolor, la prieta tierra.

Volar sin alas,
Alcanzar el rizo de las nubes,
Tropezar con todos los ángeles,
Con todos los ruidos de la noche,
Con todas las posibles pesadillas
Pero, NO LLORAR.

Perseguir el destello del dolor,
Quedarse a la puerta
Esperando que pase de largo,
Que la seda de los sueños te sirva de caricia
Y regresar al origen,
A lo puro,
Al primer soplo, al primer día.

Dormir, dormir,
Abandonarse a la suerte de los párpados cerrados,
Sentir una mirada kilométrica y profunda
Rondar la estancia,
Secar sudor, tomar la mano…
Sentir la mano invisible y protectora
… Y NO LLORAR.