No es casualidad o suerte que BAZA DE COPAS. AJUSTE DE CUENTAS reciba
el vigésimo segundo premio Tiflos de cuento. No es casualidad o suerte que un
jurado compuesto, entre otros, por Ana Rosseti, Juan Manuel de Prada o Angel
Luis Prieto de Paula, haya galardonado este libro.
Recibimos hoy la visita – esto sí que es una
suerte – de su autor, R.G.M. que llega a esta entrañable librería con un regalo
de Reyes bajo el brazo.
Los que conocemos a Ramón sabemos de su
impecable currículo literario. Para qué voy a hablarles de poemarios como Triste es el territorio de la ausencia, De
ronda y de madrugada, Morfina en el corazón, Como otros tienen una patria,
por ejemplo; de los diferentes premios literarios nacionales e internacionales
que ha conseguido; de sus trabajos de edición e investigación; de sus
traducciones…
Hoy vamos a centrarnos en este juego de
naipes, “envueltos en la niebla del alcohol o la locura”, en la óptica que
sobre la vida, la muerte, la literatura, el exilio, la justicia, la mentira, y
otros temas sobre los que el hombre siempre se cuestiona, nos plantea Ramón, mi
amigo Ramón, al que conozco desde niña y con el que he compartido momentos
inolvidables en nuestro querido pueblo de Cerralbo, mágico rincón donde los
haya desde donde empezó a forjarse el espíritu creativo. “La infancia es el
lugar mágico de las palabras… el tiempo en que aprehendemos el nombre de las
cosas, el sitio donde el lenguaje desflora la inocencia.”
En Cerralbo respiramos el humo en los bares
de Lucas y de Mariano. Pasaron por allí amigos que ya no nos acompañan: Jose,
el Gordito, la tía María, el pobre Gregorio, Quini y los mozos del pueblo
estrenando el Hispano-Suiza camino de Vitigudino, el Sarda, simpático
raterillo… En Cerralbo abrimos la vieja librería de la escuela y nos
emborrachamos de lecturas que olían a fantasía, a historia, a romanticismo, a
fábula, a tragedia… Dormimos bajo la vía láctea, adivinamos ovnis desde las
torres del castillo, robamos melocotones en el huerto de Lorenzo, disfrutamos
de radiantes lunes de pascua junto al río, pasamos tardes de domingo camino del
convento por donde pululaba el fantasma de Fray Agustín, contamos historias de
miedo a la puerta del cementerio… Por nuestras vidas desfilaron letanías,
curas, maestros nacionales, pastores, putas, locos, pobres, sepultureros… Y
llegó la muerte para unos pocos.
“El
poeta configura el mundo a fuerza de palabras” Baza de copas. Ajuste de cuentas es un paseo por la literatura.
Aquí se alude a Claudio Rodríguez, a Goitisolo, Cernuda, Labordeta, Borges,
Delibes, Verlaine, Hierro, Machado, López Carrillo… etc; es un paseo por
paisajes conocidos: Salamanca, Galicia, Cataluña, La Habana, Roma, Praga… y
soñados, habitados por personajes reales o inventados, prototipos que
simbolizan amor, celos, venganza, engaño, lujuria… Unos y otros son tratados
como se merecen. La justicia castiga o redime, es implacable.
En estas líneas hay mucho trabajo, todo un
tratado de poética y saber hacer: “La musa, el ángel y el duende… son el
chispazo deslumbrante que propicia el raptus
: la musa dicta, el ángel deslumbra, el duende quema y habita en las últimas
habitaciones de la sangre, pero los tres, y sus desiguales resplandores,
precisan del andamiaje sabio del conocimiento, el estudio y la técnica”. Ramón
conoce su oficio, se entrega a él... Su autenticidad convence. Rechaza a los
falsos intelectuales “Que se les niegue la tinta y el papel ya que no podemos
avivar su inteligencia. So pena de destierro. O mejor, con penitencia de
silencio”; cobija y ampara a los desvalidos, víctimas de males ideológicos o
sociales, se compromete con la vida y con la literatura y, a modo de trovador – se encuentra muy cómodo en
la veta popular – observa y dice, inventa y se recrea, para que podamos
recrearnos con él.
Estoy segura de que disfrutarán con el aire
fresco que inspira esta bella prosa. Se columpiarán en las músicas de fiesta o
de tragedia, se atreverán a ajustar cuentas, a tomar partido, como él lo hace.
“Escribo en los bares. Entre el humo del
tabaco – cigarro tras cigarro – y el sueño de la muerte… Nadie sabe dónde da la
vuelta el aire. Nadie redime la absurda tragedia de los ángeles caídos.”
Gracias, querido amigo.
E. S. Pola de Siero. 13 de
diciembre de 2012